Quantcast
Channel: Videodromo » santiago nogués
Viewing all articles
Browse latest Browse all 2

David Navarro: “No quería hacer una copia de Louie, pero la serie nace a su lado”

$
0
0

Es increíble lo que puede dar de sí un café cuando tienes temas de conversación que te gustan. Hablamos con David Navarro, creador de Nada que celebrar

davidnavarro

Navarro, empezó en Internet en el año 98, montó una revista digital y le fue bastante bien montando empresas de comunicación pequeñas y poco a poco fue haciendo proyectos mayores, llegando a hacer la última web de la Moncloa (en la época de Zapatero). Pero, Internet no le terminaba de entusiasmar y en 2004 comenzó a estudiar cine, sobretodo para pensar en cine. Al acabar el master comenzó a sacar sus proyectos, además con la idea de no pedir subvenciones ni nada. Sobre todo porque no se puede esperar. Así, aunque estudió un año de cine, se considera autodidacta también.

¿Disfrutas de la fase de rodaje o preferirías pasarla por alto?

No disfruto del rodaje por la incertidumbre de si se rodará bien, qué saldrá mal, se tendrá problemas, etc. Sobretodo teniendo en cuenta la forma en la que rodamos. A posteriori digo: “pues lo hemos pasado bien”, pero durante no. Además como siempre rodamos con permisos leves o sin permisos, pues voy siempre con tensión. Hago más el papel de ladrón que el de realizador.

¿Con cuánto equipo de rodaje trabajaste en “Nada que Celebrar”?

Siempre ultra-mínimo. Sólo los actores, yo y un ayudante; nadie más de equipo técnico. Rodaje con 7D y el audio directamente en un micro de corbata, pues era imposible que estuviésemos en ciertos lugares rodando con un micro de cañón y pértiga. Pero, al ser con grabadoras era un problema adicional porque eran varias pistas de audio que había que sincronizar y, además, ciertas grabadoras no van a 25 fps no van bien al tiempo y comienzan a desincronizarse y tienes que estar constantemente sincronizando. Se hace muy pesado.

¿Y no teníais permisos para localizaciones?

Localizaciones en exteriores no pedíamos apenas permisos. En interiores pedíamos permiso, pero muchas veces era sólo llamar por teléfono a dónde pensábamos que podíamos (cafeterías, etc.) y si nos decían que sí íbamos al día siguiente. Alguno más gordo como el 112 (que era una redacción de un periódico) por amigos. En ese, por ejemplo, nos dejaron rodar un fin de semana, pero en realidad nadie sabía qué estábamos haciendo.

¿Hay algo que has ido aprendiendo con la experiencia en la dirección y que crees que no suele decirse normalmente?

Hay algo muy importante que no se dice: los actores son un pilar básico. Habría que poner siempre especial énfasis en seleccionarles bien y trabajar con ellos. En rodajes más gordos a veces parece que se centran más en las cámaras, qué planos usar, etc. y no se centran mucho en los actores. Y los actores ponen los matices, dan vida y si trabajas con buenos actores todo se revaloriza mucho más dentro del propio plano. Se nota.

Hay que hablar con los actores, ver qué opinan de los personajes, que se comprendan bien los por qué y los matices que quizá no se han notado tal como está escrito. Cosas como la ironía son dificiles de poner en papel, pero el actor tiene que saberlo. Mis guiones son muy quirúrgicos, más estructura, dejo hueco a la innovación, no casi en texto, sino en ver cómo se comportan las cosas cuando estás hablando con ellos sobre la escena o el personaje.

¿Cómo fue tu vinculación con Canal +?

Yo hice Oído Caníbal (su serie anterior que se emitió en Canal +) pensando en vendérsela a alguna cadena. Las webseries pueden funcionar bien, pero acaban ahí, no hay opción más allá de Internet, ya no puedes llevarla a otro sitio. Después de rodada pensé en remontarla como película, pero quizá le falta cosas para largo, como la profundidad de personajes. Se lo enseñé a gente y lo llegó a ver un encargado de una empresa de publicidad importante y dijo “puede que le interese esto a Canal +”. Yo desconfié, pero a la semana siguiente estaba en el despacho del director de Canal +, y noté que me escuchaba con los ojos superabiertos, sin perder un detalle. Y dijo: “esto podría interesarnos, pero no te hagas ninguna ilusión”. Pero, al poco estábamos ya hablando muy seriamente. Canal + aporto la música y dio muy buenos consejos para el montaje en serie, ayudó mucho para dar el último toque de Oído Caníbal.

¿Y con “Nada que celebrar”?

Desde el primer momento les interesó, pero la situación no les permitió colaborar en producción. Cuando yo ya la había rodado hable con LaSexta, vieron la serie, pero rechazaron porque no era su enfoque en ficción. También hablé con TNT, Antena 3, Paramount Comedy (que también dijo que le daba un poco de miedo el tipo de narración). Llegué incluso a HBO y aún estamos hablando algo. Personalmente estoy muy contento de haber tenido que firmar un papel de HBO en el que nos comprometíamos a no llevar la serie a EEUU hasta que no se decidiesen. Y, he de decir, que el tratamiento de HBO ha sido mucho más caluroso que el de otras cadenas en España. Daban muchas frases de apoyo y son frases que no te dicen aquí tan comúnmente.

¿Crees que aquí no se valora los productos de bajo presupuesto?

Sí, creo que tenemos complejo como españoles, ya de inicio. Y se presupone que lo de bajo presupuesto es cutre y ya no se le presta atención en muchas ocasiones. De hecho, la atención que se está teniendo con “Nada que celebrar” es porque está habiendo buena críticas, pero sino, sin ninguna cara muy grande detrás, siendo de bajo presupuesto; hubiese sido difícil que nos prestasen atención. Pero, aunque me hubiesen dado un presupuesto mayor hubiese querido hacerlo creativamente de la misma forma. No me arrepiento en ningún momento.

Los referentes que tienes en la serie de Louie, Extras, Curb your enthusiasm, ¿los tenías claros ya desde que lo estabas escribiendo?

Era muy consciente desde el principio. Escribí el guión de los seis capítulos al acabar de ver la primera temporada de Louie. Coincide mucho por el tipo de humor, yo me considero una persona educada, pero intenté buscar la incorrección política desde la naturalidad. La vida en realidad está llena de incorrección política. Yo nunca había pensado en hacer comedia. Así, antes de escribir esta serie, me puse a estudiar y diseccionar estructuralmente cómo funciona la serie de Louie, los gags, duración, etc. No es una copia de la serie de Louis C.K., pero nace a su lado.

¿Hasta que punto Cristina, Jordi y Santiago se involucraron en el proceso de creación de la serie, personajes, etc.?

Realmente el guión lo escribí sólo de una vez en cosa de dos semanas. No había contribuciones muy claras en los personajes de Cristina y Jordi. Pero, el personaje de Santiago era mucho más pequeño en guión aunque no hemos cambiado una letra, pero Santiago a revestido el personaje con su personalidad. Su personaje era un pequeño apoyo en el guión y ha aumentado mucho al final. Y estoy muy agradecido porque ha crecido muchísimo el personaje.

¿En algún momento te definiste el tipo de humor antes de escribir, te pusiste algún tipo de límite o te dejaste llevar?

Tenía ya muy clara la medida antes de escribir y tengo ejemplos de las cosas que se parecen para no perder el norte. Escribo la escaleta teniendo claro cuatro o cinco anécdotas que han de salir, para tener referente. Sino, te arriesgas a perderte y comenzar a escribir comedia y acabar en el drama, por ejemplo. Yo quería hacer algo similar a Louie, pero no por su éxito, sino porque me gustaba mucho y quería hacer algo similar a ello. No quería hacer una copia y no creo que sea una copia.

¿Tienen miedo los actores de hacer esta auto-parodia usando su propio nombre y dando pie a que el espectador pueda malinterpretar y pensar que realmente son ellos?

En este caso, me sorprendí, pero no. Todos aceptaron sin problema, en ningún momento mostraron preocupación. No se lo propuse a todos los actores y sólo uno no quiso, no entendió bien de qué iba y prefirió que no. El resto, todos dijeron que sí. Pero, claro, es el riesgo de que estás exponiendo tu nombre, pero simultáneamente también lo estás exhibiendo y eso también es bueno si quieres que se acuerden de ti.

¿Qué es lo que más te ha gustado de no hacer una trama lineal en “Nada que celebrar”?

La libertad que te da entre capítulos para que sean distintos entre ellos. Mi hija tiene dos años y veo muchos dibujos animados. Y ahí, de repente, dedican un capítulo a la prehistoria y otro capítulo sólo en lenguaje de mudos, por ejemplo. Eso me encanta. Esa libertad entre capítulos. Las series que lo hacen, por ejemplo Fringe cuando ponía un capítulo musical de forma loca, o Community con sus capítulos ultrareferencial y metalingüísticos. Aquí en “Nada que celebrar” creo que pude comenzar a hacerlo en los últimos capítulos y si me apetece rodar algún capítulo más es por eso mismo, poder contar una cosa distinta de distinta forma en cada uno.

¿Hasta que punto el estilo formal que usas: movimientos de cámara, zooms, panorámicas extrañas, etc. aporta a la historia?

Este tipo de proyectos más “reales” lo asumes ese estilo como una cosa más normal. Que se va de foco un poco el actor, no pasa nada. Aportan estas cosas narrativamente, pero hay que medirlas bien y no ser muy pesado. Ganan sobre todo un sabor, una textura. Muchas veces se habla del low-cost por el tipo de estilo, pero creo que le da precisamente un sabor urbano y actual. Si se hace en una historia de época te saca y choca algo más, es cierto, pero en una historia como esta creo que le encaja bien. También a veces tenía que ver por limitaciones de rodaje. Si estaba rodando en un sitio que no tenía permisos, para rodar mejor era conveniente no colocar un trípode, entonces claro, está afectando ya a este estilo. Pero como digo, creo que encaja también con la temática y el tipo de serie.

¿Sin dinero qué es más difícil producir o distribuir?

Distribuir. Lo verdaderamente difícil es que te tomen en serio y se venda. Los protocolos de televisión no funcionan así, al ir sólo sin una productora no te escuchan a veces. Puedes presentarle la mejor serie del mundo que si no la ven o les presentas un guión que no leen, no sirve para nada. Es una pena. Si no insistes o te da vergüenza llamarles quince veces no te hacen caso. Es algo dramático, pero es así y se puede intentar pelear y seguir intentándolo, pero hay que concienciarse de ello.

¿Y Filmin?

Creo que Filmin es un caso distinto. Ellos sí que son muy abiertos a recibir material, a verlo, te puedes poner más fácilmente en contacto con ellos. En Filmin, personalmente, creo que entienden mejor el funcionamiento de proyectos así más pequeños.

Nada que celebrar

Si quieres ver Nada que Celebrar puedes verlo en Filmin y también leer nuestra crítica aquí

 


Viewing all articles
Browse latest Browse all 2

Latest Images





Latest Images